De Angela Micol se puede decir que es la Indiana Jones moderna y 2.0. En lugar de un látigo y un sombrero, sus armas de arqueóloga son un teclado y un ratón, pero sus hallazgos son igual de impresionantes y su aventura acumula ya un buen número de entregas.
La última le ha llevado hasta el Antiguo Egipto en un viaje de diez años tras la pista de las misteriosas pirámides faraónicas. ¿Montada en un jeep? No, surfeando en la red a lomos del satétlite de Google Earth.
Micol ha descubierto dos áreas en la cuenca del Nilo que podrían ocultar milenarias pirámides desconocidas. ¿Y cómo es posible que nadie se hubiera percatado de su presencia hasta ahora? Pues porque, al contrario de lo que podría parecer, ni siquiera el 1% de las ruinas del Antiguo Egipto han sido excavadas.
Los suyos no son hallazgos cualquiera. Una de las formaciones detectadas por Micol, una meseta triangular de 190 metros de extensión, podría albergar una pirámide aún mayor que la de Guiza, la más grande descubierta hasta la fecha.
En la segunda zona, de menor tamaño, se alzan cuatro montículos piramidales que van de los 80 a los 100 metros.
Fuente: La Información
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